Reflexión en tiempo de coronavirus
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Usar la tecnología para “conectar” con los alumnos
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Humanicemos más que nunca la tecnología para acompañar, alentar, colaborar, respetar los distintos ritmos y estilos de aprendizaje, emocionar…
Las circunstancias actuales han hecho que la educación on line tome un especial protagonismo y hay que tener presente que esta modalidad educativa tiene sus propias fortalezas y debilidades. No es lo mismo que la educación presencial pero a distancia.
Se puede conectar con los alumnos o se puede “conectar” en mayúsculas con los alumnos.
Los centros escolares y alumnos a los que no afecta la injusta brecha digital y han podido recurrir a la tecnología para continuar con la vida académica de sus alumnos, la estarán aprovechando al cien por cien si les sirve en primer lugar para alentar, empatizar, acompañar, socializar… eso es lo esencial y creo que el aprendizaje más valioso que podrían extraer los alumnos en estos momentos.
Cuando el clima emocional es el adecuado, toca aprender a organizarse ante una nueva realidad. Incluso los que estaban acostumbrados a utilizar plataformas tipo Classroom, Tareas, Teams, etc, se encuentran ante otras dificultades al no tener el apoyo presencial.
Saber gestionar tu tiempo de forma autónoma es una habilidad complicada para alumnos que tienen un horario fijo marcado día tras día en los centros. Y en la educación on line, hay que saber organizarse. Es fundamental que el profesorado esté especialmente coordinado para dar espacio a este aprendizaje y guiar a sus alumnos.
La tecnología tiene que servir para unirnos y aprender colaborando, no para aislarnos. Para ello, es imprescindible la guía y supervisión del profesorado. Las videoconferencias, la edición de documentos colaborativos y el sin fin de apps que nos permiten comunicarnos y colaborar, sirven de puente para ello. La educación on line no se entiende sin multitud de interacciones de todo tipo y retroalimentación, si no se convierte en una experiencia solitaria, pobre y tediosa.
La educación on line es flexible tanto en relación al tiempo y al espacio como a los formatos a través de los cuales puedes acceder al aprendizaje o mostrarlo. Tenemos la oportunidad de parar la inercia del día a día y explorar o profundizar en los intereses de los alumnos y sus talentos para que aprendan con entusiasmo. Es un momento ideal para mejorar la personalización del aprendizaje, dando rienda suelta a la creatividad y a las inteligencias múltiples.
El uso de la tecnología en educación es un enorme espejo de nuestros valores y creencias pedagógicas. Todas esas apps que llenan listados sin alma tienen que estar al servicio del bienestar de nuestros alumnos y de un aprendizaje realmente significativo, útil y enriquecedor.